El Via Crucis no es un ejercicio triste. Muchas veces enseñó San Josemaría que la alegría cristiana tiene sus raices en forma de cruz. Si la Pasión de Cristo es camino de dolor, también es la ruta de la esperanza y la victoria segura. Como explicaba en una de sus homilias: "piensa que Dios te quiere contento, y que si tu pones de tu parte lo que puedes, será feliz, muy feliz, aunque en ningún momento te falte la Cruz"
"Pero esa Cruz ya no es un patíbulo, sino el trono desde el que reina Cristo. Y a su lado, su Madre, Madre nuestra también. La Virgen santa te alcanzará la fortaleza que necesitas para marchar con decisión tras los pasos de su Hijo".