"Un diccionario teológico tiene ventajas que no presenta un tratado completo: es de un uso más general, se le consulta con más comodidad y más gusto, y contiene además un gran número de artículos de que no es susceptible un curso de teología». El objetivo debía ser la elaboración de una obra seria y original, no especializada en una sola parte de la teología, sino que tratara de los temas capitales de toda ella. Se trata de temas, no de conceptos, ni tampoco de términos. A la hora de delimitar un proyecto como éste, nos pareció fundamental pensar en los destinatarios a los que se iba a dirigir. En nuestro caso, desde el principio tuvimos claro que el público al que iba dirigido era el de los interesados en la teología en un sentido amplio, es decir, no necesariamente especializado, y que a la vez pudiera ser útil a los estudiantes de Teología. Por ello, la claridad de los textos fue un reto que nos planteamos, al mismo tiempo que éramos conscientes de la necesidad de mantener una gran seriedad en la exposición, sin reducir la inevitable complejidad de algunos temas. En la medida de lo posible, se ha renunciado a exposiciones eruditas o a cuestiones demasiado especializadas, sin detrimento de ofrecer todos los datos relevantes para cada cuestión." (De la presentación, César Izquierdo).