Este clásico acerca del Espíritu Santo trata, sencillamente, de exponer las nociones esenciales que a cualquier cristiano le interesa conocer sobre el papel que le corresponde al Consolador en la obra de nuestra santificación; sobre la naturaleza de esas disposiciones maravillosas recibidas el día de nuestro bautismo, a las que llamamos los dones del Espíritu Santo y por las cuales el Espíritu divino quiere mover de manera eficaz al alma fiel hacia su fin último sobrenatural; y, finalmente sobre los frutos preciosos que estos dones operan infaliblemente en toda alma que se abandona sin reservas a la acción del Espíritu Santo.