En este libro se levanta el velo del santuario de la vida contemplativa. Salta de lo hondo de la experiencia orante un torrente de agua viva. Porque la vocación contemplativa tiene “de oficio” acreditar a Dios ante los hombres: que Dios existe; que Dios se deja experimentar; que Dios transfigura la vida; que Dios hace feliz… que ¡solo Dios basta!
En las 31 oraciones de este libro, agrupadas en seis capítulos y un epílogo, hay una progresión. Suavemente se va orientando la mente y el corazón. Desde orar con palabras de San Francisco pasa a la oración de intercesión que fluye de las situaciones de la vida. Luego a la oración inspirada en las enseñanzas del Santo, para abrir al fin un camino de contemplación en las almenas del alma. Sólo quien se ha alimentado asiduamente del espíritu de San Francisco puede interpretar hoy con tanta belleza y profundidad las palabras de ayer.
La autora, María Victoria Triviño, clarisa escritora, no habla de oídas. Es conocedora de las fuentes franciscanas en la experiencia de vida y por el estudio. En el Convento de Santa Clara de Balaguer tiene las almenas de luz abiertas a la iluminación del Espíritu. En su obra se valora el estilo literario bello, poético y fluido; el profundo trabajo de investigación; el optimismo, pedagogía y visión de futuro, la apasionada búsqueda de la verdad y el contenido iluminador que siempre abre perspectivas nuevas. San Francisco sigue siendo fuente de inspiración y de enseñanza. Su escuela tiene muchas aulas. En este libro se nos invita a entrar en la sección más íntima: la oración. Siempre desde la palabra, la aspiración, la acción, el consejo o la enseñanza de San Francisco de Asís, se emprende un camino.